Entran aquí en la anciana morada de los Barones de Jougla de Paraza, y de los Condes de Forton, en el corazón del pequeño pueblo de Paraza. Acondicionado con elegancia : techos a la francesa, parqué en espina de pescado, cortinas de seda tornasoladas, claustro con columnas de mármol de Caunes. Todo participa en el encanto de este lugar bastante íntimo y decididamente familiar.
El castillo
Algunos personajes famosos han frecuentado los pasillos de piedras fundidos durante el siglo 17. A parte del Barón de Jougla de Paraza y del conde Forton, Paul Riquet también ha sido fiel de este lugar.
Una finca que tiene mucha historia, la cual esconde muchos tesoros.
El Gran Salón
Para un momento de descanso o de juego, el gran salón les acoge con su mesa de billar y su chimenea. Las boiseries son de época, y crean una atmósfera agradable, fuera del tiempo dónde se puede vivir.
El pequeño salón de música
Ubicado en el ala oeste del edificio, el salón de música volvió a tener todo su esplendor. Techos pintados a la francesa, chimenea, grande y antiguo espejo, piano de cola, perfecto para dejarse viajar algunos siglos en el pasado y soñar de la vida real.
El Piano
Para los melómanos y musicianos, disfrutan un piano de cola y liberan su musicalidad. La altura del techo permite un excelente acústico y una sonoridad sin igual.
La Piscina
Escondida por el claustro y sus columnas de mármol de Caunes rosas, la piscina invita a tomar su tiempo para relajarse, bebiendo a sorbos una copa de vino blanco y aprovechando de la vista.
Las Terrazas
Para agradecer sus anfitriones por los siete años pasados en la finca, Paul Riquet hizo construir las siete terrazas que bajan a la manera de una cascada hacia el Canal du Midi. Aún un poco salvajes, dejan imaginar un antiguo jardín a la francesa, con sus fontanas de mármol y sus bojes.
La Bodega y el Bar
Data del siglo 18, la bodega donde se degusta impresiona muscho. Desde el espacio dedicado a la cata, hay una vista directa en el parque arbolado donde se combinan las encinas y los pinos de Alepo. Dentro, se aprecia la bodega y el bar, que mezclan con sutileza los aspectos tradicionales y modernos, con las cubas de hormigón o en inox, y las barricas de roble en la bodega donde envejecemos el vino
El parque
El parque del castillo y su parte arbolada permiten ir a pasearse en la madrugada, a los pícnics o además para organizar cursos de yoga a cielo abierto. Mención especial para la vista en los Pirineos, este parque se vuelve en un lugar de paz único.
¿TIENEN GANAS DE UNA ETAPA ENOLOGÍA?
SOLO TIENEN QUE ATRAVERSAR EL PATIO PARA ENTRAR EN LA BODEGA. DURANTE UNA CATA, TODOS LOS SECRETOS DEL VINO LES SERÁN REVELADOS. UN PLACER PARA LOS AFICIONADOS DE HISTORIA, DE NATURALEZA Y DEL VINO.